Los estudios ecográficos funcionales evalúan fenómenos dinámicos, aportando información sobre las funciones de los órganos (motilidad, biomecánica, flujo, perfusión, peristalsis, llenado y vaciado) y aumentando de manera significativa la capacidad diagnóstica.
En relación al tracto gastrointestinal, los estudios funcionales son especialmente útiles en pacientes con dispepsia (dolor o molestias en el abdomen superior, sensación de quemazón, presión o plenitud, saciedad precoz, náuseas, eructos y distensión abdominal), diabetes mellitus, enfermedad celíaca, alergias alimentarias, obesidad o enfermedades sistémicas.